
El salsero volvió a conquistar al público nacional, pero esta vez no solo con su voz.
La noche del jueves 24 de abril, Marc Anthony ofreció un concierto inolvidable en el estadio Nacional de Lima. Si bien deslumbró con su potente repertorio, fue un momento íntimo y cargado de emoción lo que terminó robándose el show.
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Una fiesta que encendió Lima
Desde que pisó el escenario, Marc Anthony desató la euforia de sus miles de seguidores. Con éxitos como 'Vivir mi vida', 'Flor pálida', y 'Valió la pena', el artista convirtió el estadio en una pista de baile gigante. Todos empezaron a bailar. La energía que transmitía con cada canción hizo vibrar a todos los rincones del coloso limeño.
El cantante de origen puertorriqueño demostró por qué sigue siendo una de las figuras más queridas del género. Su impecable interpretación, acompañada de una banda de primer nivel, logró una conexión especial con el público peruano.
El momento más emotivo de la noche
Pero lo que marcó un antes y un después en el concierto fue cuando Marc Anthony se tomó una pausa para hablar directamente con sus fans. Con peculiar voz, expresó: "La vida es una. Que Dios me los bendiga y que viva el Perú".
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Sus palabras tocaron el corazón de los asistentes, quienes respondieron con aplausos y ovaciones. Fue un instante en el que la música cedió espacio a la gratitud genuina.
Y como cierre perfecto de una noche mágica, Marc Anthony tomó la bandera peruana, la mostró con orgullo frente a todo el estadio, se la colocó sobre los hombros y se despidió del escenario con una gran sonrisa. Ese gesto encendió aún más el amor del público, sellando una presentación que quedará en la memoria de miles.
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